Por fin has terminado tus estudios de Grado en Ingeniería, Química, Economía, o cualquier otra disciplina, o bien el Grado Superior de Formación Profesional en Electrónica, Informática o Imagen y Sonido, o similares. Tu trabajo te ha costado, pero el título ya es tuyo. Y entonces te preguntas, ¿qué hago ahora?
Buscar Trabajo
La respuesta evidente es buscar trabajo, cómo no. Así que dedicas unos días a elaborar un buen currículum vitae, con la convicción de que será la llave hacia tu éxito laboral.
Tienes un buen expediente académico, hablas un inglés decente y estás deseando salir ahí fuera a comerte el mundo. No tienes experiencia laboral real, pero has hecho algunas prácticas en empresas que sabes que son muy valoradas por los responsables de Recursos Humanos. Como no hay mucho más que poner en él, añades conocimientos informáticos, aficiones, esa ONG con la que has colaborado algún verano, y listo.
El siguiente paso es registrarte en todos los portales de empleo más conocidos (Infojobs, Infoempleo, PrimerEmpleo, Trabajando, Linkedin, etc.) y empezar a “echar currículums”. Con tu currículum, deberías encontrar fácilmente un trabajo bien pagado.
Unas semanas y varios cientos de inscripciones a empleos después, te das cuenta de que no va a ser tan fácil encontrar tu primer empleo. ¿Qué está pasando?
Una mañana, un titular de prensa te golpea con la triste realidad: “La tasa de paro juvenil se situó en 2016 en el 42,9%”. Lo que está pasando es que seguimos inmersos en la crisis, y las empresas no contratan profesionales sin experiencia tan alegremente como antes.
Replanteándote Tu Futuro
Bien, lo de encontrar trabajo va a ser una misión a largo plazo, ¿qué hago mientras? Mandar solicitudes de empleo te lleva como mucho un par de horas al día; no puedes estar todo el día sin hacer nada, así que decides dedicar tu tiempo a incrementar tu “capital humano”, que se dice ahora.
Así que intentarás mejorar tu currículum para aumentar las posibilidades de encontrar un buen empleo. Veamos, ¿qué opciones tenemos?
Oposiciones
La recurrente “estudiar oposiciones” siempre es una salida muy socorrida. Sobre todo ahora que parece que el Gobierno quiere relanzar estos procesos, congelados durante muchos años.
No obstante, se trata de una apuesta arriesgada; si lo conseguimos, no importará haber dedicado 2 o 3 años de tu vida a estudiarlas, pero si finalmente no las aprobamos… en fin, hay que tener muy clara la decisión a tomar.
Mejorar el Inglés
Una opción que muchos estudiantes eligen es mejorar el inglés. Sabes que los idiomas son imprescindibles hoy día, pero tu inglés está un poco oxidado, así que podría ser buena idea una estancia en el extranjero. Aunque es una opción un poco cara, 6 meses en el extranjero seguro que hacen que tu inglés mejore notablemente.
Otra alternativa es hacer un curso intensivo en alguna academia de idiomas. Ya lo has probado hace unos años y sabes que se requiere de mucha constancia y tiempo para mejorar lo suficiente, pero no es tan costoso como salir al extranjero.
Hacer un Máster
¿Y si soy un poco más ambicioso? Un MBA o un Máster en Marketing Digital o en Dirección Comercial puede potenciar tu currículum ostensiblemente, además de realizar contactos profesionales muy valiosos para el futuro.
Los “únicos” problemas son el coste y el tiempo. Cualquier Máster de cierto renombre tiene un precio a partir de 5.000€, no digamos ya los Máster top, tipo Instituto Empresa, ESADE o IESE. Y el tiempo mínimo de dedicación no baja de los 12 meses. ¿Realmente merece la pena para un recién titulado?
Otros Cursos Especializados
Otra opción interesante puede ser mejorar otros conocimientos profesionales mediante cursos especializados. La principal ventaja es que el precio es asequible, la duración es más corta y son cursos muy focalizados en la materia que nos interese.
Cursos hay de muy diversa índole. Sobre Informática podemos encontrar cursos de desarrollo web, de ofimática avanzada, o más especializados en alguna plataforma concreta (.NET o Java por ejemplo).
Otro grupo de cursos muy demandados son los relacionados con el mundo de la empresa. Por ejemplo, cursos de gestión empresarial, de dirección de equipos, de contabilidad, de marketing o de gestión de recursos humanos.
También podemos escoger algún curso específico del sector en el que estemos especializados, por ejemplo cursos sobre materias de salud, medio ambiente, imagen y sonido, diseño, proyectos, etc.
Gestión Comercial
Hemos dejado para el final un tipo de curso que raramente se elige por parte de los recién titulados: los cursos de Gestión Comercial. En ellos se capacita a los alumnos en técnicas de gestión de ventas. Normalmente abarcan varias facetas de la disciplina, desde Planificación Comercial o Preventa, hasta Gestión de Cartera o Postventa, pasando por Habilidades Negociadoras, Gestión del Funnel de Clientes, Gestión Comercial Telefónica y en Redes Sociales, e incluso aspectos más innovadores como Programación Neurolingüística o DISC aplicados a la Gestión Comercial.
Normalmente estos cursos se imparten a profesionales en activo, y son contratados por las propias empresas para mejorar la capacitación y el desempeño de sus fuerzas de ventas. Son, junto con los cursos de idiomas in-company, los dos tipos más frecuentes de cursos pagados por las empresas, lo que demuestra su interés innegable en la materia.
Además, la profesión de técnico comercial es una de las más demandadas por el mercado, por lo que cualquier inversión en formación en esas capacidades es una apuesta segura. Uno de los cursos de capacitación comercial más completo, y que además incluye unas prácticas mentorizadas con posibilidad de incorporación a la empresa tras las mismas, es el Programa Tekams, cuyos detalles se presentan en el siguiente enlace.