Si vendo, existo

Estudié informática, no porque me apasionara sino porque se me daba bien. Además de que en aquella época la informática era “la profesión del futuro”. Antes de terminar los estudios, me buscaron de una empresa para trabajar como programador (ahora, desarrollador), y así empezó mi aventura profesional. Poco a poco me iban asignando funciones de analista funcional (ahora, director de proyecto), hasta que acabé siendo jefe de equipo y “mano derecha” del gerente y dueño de la empresa.

La Importancia de la Gestión Comercial

Después de unos años desarrollando funciones técnicas, decidí dar el salto y crear mi propia empresa. En ese momento solo me preocupaba la tecnología en la que desarrollar las aplicaciones, la optimización de recursos técnicos y la eficiencia en los tiempos de implantación. Sin embargo en muy pocos meses me di cuenta que los clientes valoraban más mi forma de ser e implicación en sus necesidades, que las soluciones técnicas que les proponía. Fue entonces cuando comprendí la importancia de la gestión comercial y orientación al cliente.


Lógicamente, sin descuidar la solución técnica y los consiguientes resultados que resuelvan las necesidades del cliente, hoy, 20 años después, no tengo ninguna duda de que esa orientación al cliente y una correcta gestión comercial, son factores imprescindibles para el éxito de cualquier empresa.

Todos sabemos que el principal propósito de las empresas es generar beneficio incrementando y optimizando las ventas, por lo que cada trabajador de una compañía debe estar orientado a ese objetivo. Desde el departamento administrativo, pasando por el comercial, hasta el departamento técnico, se debe ser consciente de que el éxito de un buen trabajo llega a una empresa cuando un cliente queda satisfecho con la compra del producto o servicio que la empresa le ha ofrecido. Sin olvidar que la satisfacción de un cliente no acaba con la venta, si no que debe continuar con el servicio y la atención posterior, tanto o más importante como la preventa y la venta.

El Cliente por Encima de todo

Es muy habitual encontrar empresas que vuelcan todos sus esfuerzos en diseñar un buen producto o servicio e incluso en la optimización de todos los procesos administrativos, dejando para el último lugar el análisis de qué es lo que espera el cliente y cómo deben ofrecérselo. Son innumerables los ejemplos de empresas que consiguen tener un magnífico servicio o producto no correspondido por el volumen de ventas. El mercado no espera lo que las empresas producen, sino que las empresas deben producir lo que espera el mercado. Si no se piensa en el cliente por encima de todo, el producto lucirá maravilloso en un registro de patentes, pero la empresa dejará de existir por falta de ingresos.


Está claro que cada empresa es un mundo y cada gestión diferente, pero todas se crean y desarrollan con la intención de generar beneficios, y que éstos llegan desde la potenciación de las ventas con una correcta gestión comercial y una continua orientación al cliente desde todos los departamentos de la empresa.

Si entiendo, comparto y empatizo como mi cliente, vendo. Si vendo, existo.

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