Hay profesiones que todos consideramos honorables porque es evidente que su principal función es ayudar a los demás. A nadie se le escapa que un médico, un profesor o un policía, son profesionales que con su trabajo contribuyen al bienestar de la sociedad.
¿Y qué pasa con los comerciales?
Yo tengo la suerte de ser comercial; sí, digo suerte. Digo suerte porque esta profesión tiene muchas ventajas. La primera es que el trabajo lo desarrollas con personas y no con máquinas o papeles. Algo que parece tan evidente, si lo analizas te das cuenta de que trabajar con personas es una inmensa suerte. Las personas somos más felices cuanta más capacidad tenemos de relacionarnos. Los demás nos enseñan, nos ayudan, nos escuchan, nos agradecen, nos contradicen, en definitiva nos hacen desarrollarnos como personas. Los neurólogos dicen que el cerebro de una persona puede prescindir de muchas actividades, pero cuando prescinde de las relaciones sociales empieza a deteriorarse de forma imparable.
La segunda ventaja de ser comercial es que con tu trabajo ayudas a los demás. Cuando tenemos un problema, una necesidad o un capricho, buscamos a alguien que nos proporcione la solución y nos ayude a cubrir ese hueco. La principal función de un buen comercial es la de escuchar, analizar y proponer soluciones ante las necesidades de los demás. Por supuesto que su principal objetivo profesional es ganar dinero, pero también lo es para el policía, el médico, el profesor y otros tantos profesionales honorables.
Cuando una persona o una empresa necesitan contratar un seguro para tener respaldo ante cualquier incidencia y un agente-comercial le vende sus productos, éste no está engañando a nadie, no está ‘sacándole el dinero’, está ayudando a ese cliente a cubrir su necesidad y por ello debe sentirse orgulloso.
Eso sí, como en cualquier otro trabajo, un comercial debe ser un buen profesional. Debe dominar las cuatro grandes columnas que sustentan la gestión comercial: formación y capacidad técnica, conocimiento del sector, dominio del producto y orientación y sintonía con el cliente.
Si te gusta trabajar y ganar dinero ayudando a los demás, permíteme un consejo, intenta adquirir la capacitación comercial necesaria para dominar estas cuatro columnas y tendrás la base para ser un buen profesional.
Tendrás el honor de ser comercial.